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Un paseo por Bouzas

Pocos lugares invitan tanto como Bouzas a perderse por sus calles y a desconectar de la monotonía urbana que envuelve a las ciudades modernas. El paseo por Bouzas es más que un tránsito por su historia, es un viaje hacia las entrañas de una marcada personalidad que parece resistirse al paso del tiempo.

La historia más reciente de la Villa es por desgracia la que ha dejado las heridas más grandes en su fisionomía urbana. El desarrollismo industrial del pasado siglo ha originado cambios abruptos y un Bouzas lleno de contrastes.

El paseo da comienzo en la iglesia de San Miguel de Bouzas, levantada en el S.XVI sobre una base de roca y rodeada por el mar hasta principios del S.XX. Alrededor de ella se desarrollan los actos más importantes de la Villa, como son la Procesión del Santísimo Cristo de los Afligidos y los famosos Fuegos, con más de 400 años de antigüedad, que se celebran el tercer domingo de julio.

En su fachada norte puede verse el escudo de armas de los Correa, situado en el exterior de la capilla del Rosario, realizada hacia 1597 por D. Álvaro Correa, el capitán que defendió Bouzas de la invasión del pirata Drake, lo que le valió, entre otros méritos, la adopción de su escudo de armas como escudo de la Villa de Bouzas.

Sobre la puerta de acceso principal se levanta el campanario que albergó en tiempos, y hasta las primeras décadas del S.XX, un reloj. En la puerta de acceso de la fachada sur puede verse una hornacina del S.XVII con la figura de S. Miguel venciendo al diablo, en la que parece apreciarse, no sin dificultad, la imagen de un rostro tallado sobre la rodilla derecha del arcángel, levemente flexionada; quizás una posible marca de cantero.

En el extremo suroeste del atrio se encuentra la actual Casa Rectoral, levantada en 1946 y en cuyo solar estuvo ubicada la escuela de educación primaria y una las primeras Casas Consistoriales que tuvo Bouzas.

En el mismo atrio destaca el cuatricentenario olivo y, justo enfrente de él, puede verse un escudo de piedra, en bastante mal estado por la erosión, que hasta los años cuarenta del pasado siglo se encontraba en el interior de la iglesia formando parte de la losa sepulcral de D. Ramón María Silva y Sequeiros, capitán del Regimiento Provincial de Santiago de Compostela, que vivió entre los siglos XVIII y XIX. Dicho escudo se empotró en su actual emplazamiento a raíz de las obras de reforma del suelo de la iglesia. Hay que tener en cuenta que antiguamente se realizaban enterramientos en el atrio de la iglesia e incluso en su interior (en este último caso hasta el primer tercio del S.XIX). El campo de este escudo es cuartelado con sus dos primeros cuarteles prácticamente ilegibles, que corresponden, respectivamente, a las armas de los Pereira (una cruz) y de los Troncoso (un tronco de árbol). El tercer cuartel (jaquelado) pertenece a los Valladares y el cuarto a las armas de los Sequeiros (cinco veneras). Es interesante destacar que el yelmo está mirando hacia la siniestra (derecha para el observador), lo que nos viene a indicar su origen bastardo.

Una pequeña escalinata da acceso a la calle Alfolíes, una de las más antiguas de Bouzas, cuyo nombre se conserva desde el S.XV y en donde se encontraban los almacenes de alfolí, producto estratégico para la salazón del pescado y para la economía de la Villa. El privilegio de mantener alfolí y de que Bouzas fuese declarado puerto de libre comercio supuso un enorme impulso económico para la Villa y también dio lugar a los conocidos pleitos con Vigo, que finalmente se resolvieron favorablemente para Bouzas en el S.XVI.

Continuando por Alfolíes, la primera transversal que nos encontramos es la calle Reyes. Pero antes de subir por ella, seguimos unos metros más por Alfolíes hasta encontrarnos con la casa del Patín, justo en el cruce con la calle San Miguel. Esta vivienda, construida en 1639 según consta en su fachada baja, es un ejemplo único de arquitectura popular marinera, con planta baja dedicada a almacenamiento y al cuidado de animales, y planta superior dedicada a vivienda. Consta de escalera exterior y galería con cinco pilotes.

Regresamos de nuevo por Alfolíes hasta subir por la calle Reyes y encontrarnos con el cruce de Sebastián Elcano, antigua calle de la Iglesia, que tomamos a mano izquierda dejando a ambos lados edificaciones de tipología marinera que en algunos casos han sido bruscamente sustituidas por construcciones modernas. Serpenteando ligeramente llegamos hasta la Plaza de Urzáiz, antigua Plaza de la Constitución durante la mayor parte del S.XIX, que cambió su nombre por el del Diputado liberal a finales del citado siglo, unos años antes de la agregación de Bouzas a Vigo. En esta plaza encontramos, en su nº 9, el escudo de armas de los Ceta, otra muestra de la hidalguía presente en Bouzas.

Casa de GuianceReanudamos el camino ascendiendo por la calle Pazo hasta que a mano derecha encontramos el actual edificio de la Asociación de Vecinos de Bouzas, donado por el emigrante residente en Veracruz D. Pedro del Pazo y Troncoso hacia mediados del S.XIX, en cuya entrada puede apreciarse el escudo de armas de la familia Cabral, el mejor conservado de todos, que fue retirado de la antigua casa de Guiance antes de que su demolición privase a Bouzas de otra de las joyas arquitectónicas de la Villa. Dicho edificio albergó el ayuntamiento de Bouzas hasta su agregación a Vigo en 1904.

Continuamos por la calle del Pazo hasta su bifurcación con Santa Ana, otra de las calles emblemáticas de la Villa, que llegó a ser conocida en tiempos como la calle de las viudas, debido a las numerosas familias marineras que allí residían y que sufrieron las consecuencias de los naufragios. En su nº 2 se constituyó, en 1901, la sociedad de marineros La Benéfica, asociación fundada por D. Ricardo Salgueiro para la defensa de los intereses de los marineros, que puso en práctica uno de los primeros subsidios.

Plaza de Diego SantosY llegamos al final de la calle del Pazo desembocando en la plaza de Diego Santos, antigua plaza de la fuente, habiendo dejado atrás edificios de magnífica estampa, como el de estilo regionalista situado en la esquina derecha de dicha plaza, cuya última planta es coronada con una almena.

Siguiendo por ese mismo lateral, avanzamos hacia la calle de D. Ramón A. Álvarez, párroco de Bouzas de finales del S.XIX, principios del S.XX, y la fantástica sillería sigue presente. Al final del primer tramo dejamos a mano derecha la calle de Cayetano Parada y Pérez de Limia, el famoso alcalde de Bouzas que organizó los ejércitos de voluntarios junto a sus hijos y liberó a la ciudad de Vigo del ejército invasor francés en 1809. Con anterioridad a este nombre, por ser una continuación de la calle Santa Ana, era conocida por este último nombre.

Y tras un último giro a mano izquierda la calle de D. Ramón A. Álvarez finaliza en la calle Herreros, a la altura de la Casa de Lira, caserón noble y ejemplo de eclecticismo arquitectónico, que perteneció a dicha familia desde el S.XVII hasta su asentamiento definitivo en Bouzas en el S.XIX, en cuya fachada podemos ver la placa que se descubrió en recuerdo a D. Isidoro Araujo de Lira y Alcalde, fundador del Diario de la Marina en el año 1844, en la Habana, el periódico más importante de Cuba, que tuvo existencia hasta 1960.

Descendiendo por la calle Herreros dejamos a mano derecha la capilla del Carmen, también llamada de Araujo por pertenecer en sus orígenes a la casa de Lira, de carácter privado, y llegamos nuevamente a la plaza de Diego Santos, para girar a la derecha y encontrarnos el solar donde estaba la antigua casa de Guiance, ya desaparecida, que perteneció a la familia de los Cabral y Valladares. En su frontal se encontraba el escudo ya comentado, que actualmente se encuentra en la asociación de vecinos de Bouzas, además de una cruz de Malta. Al adentrarnos en la Alameda, conocida como campo da Feria durante el S.XIX, por ser el lugar donde se celebraba mensualmente la feria, nos encontramos en el centro con el palco de la música, que se remonta a los primeros años del siglo XX, si bien sufrió sucesivas reformas hasta alcanzar el aspecto actual.

Al final de la Alameda nos encontramos con el cruce de las calles Tomás A. Alonso y Pescadores, justo en el lugar donde llegó el primer tranvía procedente de Vigo en 1914. La calle Tomás A. Alonso, denominada Elduayen hasta el año 1906, fue el camino de salida hacia  Vigo hasta la apertura de la avenida Beiramar y, en dicha calle, se pueden encontrar ejemplos de arquitectura racionalista y ecléctica de fantástica sillería.

Descendiendo hacia la izquierda por la calle Pescadores llegamos a la altura del mercado, en la esquina con la calle Covagonda, y nos encontramos con un edificio de los años 40 que constituye unos de los más claros ejemplos de arquitectura racionalista en Bouzas, obra de Francisco Castro Represas.

Justo enfrente están los jardines del Dr. Casás, con el busto que se erigió en su homenaje en el año 1934, siendo éste el lugar donde se tendían las redes para su secado (hay una espectacular foto en esta web) y donde comenzó la construcción del primer muelle proyectado por Eduardo Cabello en los años 20 del siglo pasado.

Y en este punto conviene detenerse porque hay varios elementos que merece la pena destacar. La pérgola proyectada por Jenaro de la Fuente, que se encontraba en la Plaza de Portugal de Vigo y, a mano izquierda, haciendo esquina, un claro ejemplo de casa de estilo modernista. Justo enfrente, un portalón coronado con una cruz y dos pináculos, da acceso a una de las mejores escalinatas en piedra de Bouzas, edificación que albergó en las primeras décadas del S.XX una de las muchas escuelas de la Villa. Unos cuantos metros más adelante, siguiendo por la acera de Eduardo Cabello, nos encontramos con el único edificio que se conserva con fachada de ladrillo, posiblemente de principios de S.XX. Ya más adelante, pasando la fachada posterior de la casada del Patín, llegamos al final de la pérgola donde se observa una escultura en piedra con la figura de un tritón, escultura que se erigió en 1928 en homenaje a Eduardo Cabello. De regreso a los jardines de Casás, en el cruce con la calle del Cristo, se encontraba hasta los años 20 del pasado siglo un crucero policromado erigido en 1584, que en la actualidad se encuentra en el cementerio de San Miguel de Bouzas, crucero que posiblemente dio nombre a dicha calle.

Cruceiro VelloContinuando por la calle Covagonda nos adentramos en el barrio del Cruceiro Vello y por el camino puede observarse algunos ejemplos de viviendas típicas marineras, algunas de ellas con un pequeño muro en su entrada que serviría como protección contra el viento y contención de la arena. También abundan en este barrio las viviendas con patín, como las que se encuentran al llegar a la altura del Cruceiro Vello, crucero concepcionista de estilo barroco que en tiempos fue cruz de término y que da nombre al barrio, uno de los más antiguos de Bouzas. Este barrio albergó la primera iglesia parroquial de la Villa hasta que en el S.XVI se inició la construcción de la actual. Dicho crucero fue erigido en 1802, según consta en una de sus bases.

Y finalizamos este paseo llegando al final de la calle del Cruceiro Vello, en su cruce con la calle Simancas, donde nos encontramos, a mano izquierda, una pequeñita plaza en cuyo centro hay una fuente coronada con una escultura que representa una maternidad, obra del conocido escultor vigués Camilo Nogueira, profesor de la escuela de artes y oficios, que dejó clara presencia de su obra por los jardines de la ciudad. Lamentablemente se encuentra acosada por los coches que estacionan a ambos lados, por lo que apenas se aprecia y se disfruta con dificultad. Y si el visitante quiere seguir hacia Vigo por Beiramar, a cien metros encontrará la fachada de la conservera Alfageme, obra del arquitecto Gómez Román, ejemplo de eclecticismo industrial. Si decide regresar a Bouzas, podrá iniciar otra ruta que dejamos a la intuición y gusto del lector, la ruta de vinos y bares.



Maternidad.Fuente de Camilo NogueiraQue lo disfrutéis.